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El efecto contagio.

Carlos Federico Ruckauf recuperó su sonrisa al salir de la reunión con Colin Powell (Secretario de Estado norteamericano). El ex militar, conocido internacionalmente por su "armado" de la mega alianza que en la década del 90 recuperó Kuwait de manos de Saddam Hussein, había entendido por primera vez por qué había que ayudar a la Argentina. Seis meses de articular los mas insólitos (y hasta ofensivos) pedidos no habían conmovido a Washington y sus popes financieros del FMI. Y no era un buen chiste lo que el ex gobernador bonaerense le había llevado.

En un primer momento, la Argentina era el caso ideal, de academia, que permitiría mostrarle a los países emergentes lo que le pasa a los que deciden patear el tablero mundial, por más que hayan sido los mejores alumnos en la década pasada. Los argentinos ya conocemos esto, porque cuando Galtieri decidió hace veinte años atacar las Malvinas que tenían en su poder los británicos, era el dictador preferido de Ronald Reagan, quien no dudó en escarmentarlo. En Wall Street dicen que el mundo se cansó del "verso argentino", donde siempre se dice lo que se va a hacer, pero que en definitiva nunca se cumple. Y como la mafia no perdona... Muchos medios norteamericanos hablaban de lo positivo de la inexistencia del efecto contagio. Solo quedaría castigada la Argentina, mientras que los "mimados" Chile, Bolivia, Uruguay y hasta el díscolo Brasil no sufrirían.

Pero seis meses después del descalabro institucional de nuestro país, la "gripe" se está empezando a desparramar.

Uruguay, perdió su "grado de inversión" y exabrupto de su Presidente mediante, ha comenzado a ver cómo la inflación empieza a presionar. Aunque tenga u$s 11.000 millones de argentinos en su sistema, el ingreso de productos nuestros a precios de baratija suman al pánico que ya generan los "ferrys" que vuelven de Buenos Aires con viajantes con bolsos llenos de mercadería. Las autoridades de Montevideo ordenaron a sus pasos fronterizos vigilar los baules de los coches porque el contrabando hormiga de mercadería a menor precio que la local se nota en el mercado interno.

Brasil, en público dice defender a la Argentina porque supuestamente está "enfrentado" con Estados Unidos por la hegemonía regional, pero en privado urge a Duhalde a que arribe a un rápido acuerdo, ya que el abaratamiento del peso se nota en las góndolas de los supermercados de ese país, donde los productos de origen ya son argentinos, aunque las etiquetas sean de allí (como es el caso de los quesos). Además, algunas terminales automotrices (caso Fiat) han empezado a ver que a valor dólar la Provincia de Córdoba es mas económica que el gran San Pablo. En las ciudades de Sao Bernardo do Campo y Sao José do Campo (el nombre de las ciudades y mi apellido es casualidad) los rumores de las terminales norteamericanas indican que ahora se ve la posibilidad de extender acá líneas de montaje. El grupo Socma (Macri), está arrepentido del traslado, ya que ahora los empleados paulistas cuestan el doble de los argentinos. Con rabia, un dólar cuesta R 2,35, contra casi $ 3,70. La diferencia es de casi el 50 % y tiende a consolidarse. El temor es que se estabilice a $ 5, lo que sería insalvable para Brasil, donde ahora sí quieren una moneda del MERCOSUR (para contener la diferencia con Argentina).

Bolivia, al igual que el Uruguay, son economías subsidiarias de sus vecinos. En el altiplano, el proceso electoral y la caida argentina son superiores a la ayuda norteamericana para reemplazar los cultivos de coca por exportaciones de gas. Con Brasil también en caída, no tiene salida viable, y la invasión de productos hechos en nuestro país (que incluyen el rubro agropecuario) generan mucha inquietud.

Chile, el gran alumno sudamericano, que ha mantenido una conducta económica firme aún bajo el gobierno "socialista" de Ricardo Lagos ve cómo su libre comercio se convierte en un problema donde los camiones cruzan Los Andes llenos hacia el Pacífico y vuelven vacíos hacia el Atlántico. Incluso es mas barato contratar un camión argentino aunque vuelva "vacío". Los fines de semana largo en ese país son un festín comercial de este lado de la frontera. Bariloche, San Martín de Los Andes y Mendoza no pierden su capacidad de asombro ante la cantidad inusual de visitas que reciben. El Ministerio de Turismo y Deportes vaticina que este será un año record en turistas extranjeros. La Bolsa de Santiago, cayó casi un 20 % en los últimos seis meses y la tendencia marca que ello aumentará. Las inversiones externas miran primero en Buenos Aires, ya que el valor de los activos está a precio de remate y si bien el ingreso de capitales se mantiene, está teniendo una desaceleración preocupante. Desesperadamente Lagos intenta acallar los temores con su festejado acuerdo con la Comunidad Europea, pero es bien sabido que los acuerdos gubernamentales nada (o poco) tienen que ver con el mercado.

De todas estas cosas habó Ruckauf con Powell, y el alto funcionario norteamericano entendió que la sonrisa del argentino no era por una idea propia, sino porque la estrategia de "cordón sanitario" alrededor de nuestro país esta empezando a salir mas cara que negociar con nosotros, por mas "irritación" les provoque ello.

En la Casa Rosada anuncian un pronto acuerdo con el FMI para finales de Julio, pero quizás ello no sea por los esfuerzos propios de nosotros, sino por el temor. En definitiva, hasta la mafia financiera algunas veces se asusta.

do Campo Spada ©
Junio 2002-06-08


 

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