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¿Por qué el lanzamiento de
Cristina Fernández de Kirchner?

Por Daniel do Campo Spada.
(Nota Editorial de ECO Informativo Nº 23)

El viaje de la Senadora Nacional Cristina Fernández de Kirchner ya es una secreto a todas voces. Su viaje a París, en el que se entrevistó con todo el gobierno francés, funcionarios de primer nivel y con los dos candidatos mas serios para la próxima elección presidencial, firmó a nombre de la Argentina la adhesión a la Declaración Universal contra la Desaparición Forzada de Personas y donde hasta posó con los jugadores de la Selección Nacional de Fútbol no deja dudas de las intenciones del oficialismo de lanzarla como la candidata. La pregunta del millón es por qué esto ocurre cuando el Presidente Néstor Kirchner tiene todo para ganar una reelección amparado en las facultades que la propia Constitución Nacional le autoriza.
En ciencia es muy habitual manejar el estudio de un fenómeno en función de hipótesis.

Hipótesis 1: La alternancia Néstor-Cristina-Néstor.
En realidad, esta teoría surgió en la revista Debate, que cuenta con mucha información de primera mano del propio entorno gubernamental. En el interregno en que Cristina Fernández se ocupase de las cosas de Estado, el actual mandatario tendría las manos libres para construir poder partidario propio, incluso desde el propio Partido Justicialista. La acción de gobierno no le deja el tiempo suficiente para largas y tranquilas entrevistas con los caudillos provinciales y municipales, que son los que mas peso tienen en una maquinaria de poder como es el peronismo. La concepción movimientista, y no partidaria, hace que la estructura la manejen aquellos que tienen poder, ya sean intendentes, gobernadores o sindicalistas. Nadie desconoce que Kirchner llegó al gobierno gracias a que el santafesino Carlos Reutemann y el cordobés José Manuel De la Sota le dijeron que no a Eduardo Duhalde, quien se veía apremiado en dejar la presidencia provisional con la que el país salió de la crisis del 2001. Si el bonaerense no designaba a alguien, todo hubiera caído nuevamente en las manos de Carlos Menem. En esa instancia fortuita apareció el gobernadores de Santa Cruz, que muy rápido se adaptó a compartir el poder, hasta que se sintió seguro. A los dos años de gobierno, su figura empezó a crecer y le soltó la mano a Eduardo Duhalde, dejándolo caer como “presidente” (Representante Permanente) del Mercosur, en un lugar que hoy ocupa Carlos “Chacho” Alvarez. El último vestigio que quedaba de aquella dependencia inicial del peronismo bonaerense duhaldista era el Ministro de Economía Roberto Lavagna quien ahora se le enfrenta encabezando una opción de la derecha.
Aunque no tiene un pie directo, los influyentes intendentes del Gran Buenos Aires van detrás de quien firma los cheques necesarios para la gestión pública e imprescindibles para la acción política. Caminando con tranquilidad los partidos del conurbano, pretende armar una estructura propia que le sea incondicional aún cuando la chequera pueda flaquear.

Hipótesis 2: Sentar un nuevo precedente en contra de las reelecciones eternas.
Hace pocos meses, tras el traspié en Misiones, donde el Gobernador Rovira no pudo convalidar en las urnas la reforma constitucional que le permitiera seguir “ad eternum” hubo un quiebre en la apreción de los ánimos de la ciudadanía. Por ello le pidió a Felipe Solá y a Eduardo Fellner que no insistieran en interpretaciones legales para ser elegidos una vez más en Buenos Aires y Jujuy. En los corrillos de la Casa Rosada dicen que la rápida aceptación de los gobernadores se dió porque les prometió que él también renunciaría a la suya. Segundas partes nunca han sido buenas. Estadísticamente esto es verdad. Presidentes constitucionales como Hipólito Yrigoyen, Jaun Domingo Perón y Carlos Menem no lograron cerrar sus finales con el mismo brillo con el que comenzaron. El Presidente le teme a esa ocaso que parece irremediable según las experiencias anteriores. Al retirarse con todos los récords vigentes (crecimiento económico, descenso del desempleo, aumento de las exportaciones, respeto a los derechos humanos, etc) el destino le podría deparar un lugar que hoy nadie ocupa en la política argentina, como es el de ser “el referente”. Nuestro país, no tiene ninguno hoy en día. Escasamente Raúl Alfonsín puede estar allí, aunque su pasión por seguir en la acción directa lo desplaza de un lugar para el cual ha hecho méritos más que suficientes.

Hipótesis 3: La enfermedad.
Aunque la derecha lo ha utilizado como forma de sembrar inquietud por la capacidad física del Presidente para soportar la dura presión de ser Jefe de Estado, tampoco se puede ocultar que en estos años algunas ausencias de actos oficiales o “faltazos” a Cumbres regionales pueden ser interpretadas como un gesto de personalidad apática al acartonamiento protocolar (lo cual es cierto en gran parte) o como prudentes medidas para controlar su salud. Una aparentemente rebelde úlcera de estómago lo hace propenso a recaídas importantes aún cuando toma calmantes para dolores molares (como en algún momento dijeron desde el propio gobierno). Esto quedará en manos de quienes manejan la información gubernamental, que por guardar silencio ha sembrado rumores muy difíciles de silenciar.

Trazadas las tres hipótesis centrales, a las que podríamos agregar más, nos queda resolver la segunda incógnita. ¿Puede Cristina Fernández ser la Presidenta? ...eso queda para otro editorial.

Febrero 2007-02-09 (C)


 

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