Por Daniel do Campo Spada.
Los
iceberg son los peores enemigos que tienen los marineros. Los hombres de mar
dicen que es fundamentalmente traicionero, ya que apenas se ve una salientes
de lo que es una base (sumergida) generalmente letal para los cascos de los
barcos. De ello podría dar cuenta el hollywodense Titanic. En estos
momentos, el gobierno enfrenta dos iceberg que han emergido a la superficie
a pocos meses de las cruciales elecciones presidenciales, y ello ha ocurrido
en el lugar menos esperado. La Provincia de Santa Cruz, cuna y refugio del
actual mandatario y la probable sucesora, ha comenzado a estallar en sus frías
calles. Y para peor, la opinión pública nacional ya visualiza
el tema al calor de los móviles de los medios de prensa de todo el
país, que hasta han alquilado habitaciones y casas por las próximas
semanas. ¿Tanto puede prolongarse el conflicto? Cuanto más se
prolongue, peor. La Ministra de Acción Social, Alicia Kirchner, fue
agredida a la salida de un restaurante de la capital provincial en una postal
que fue tapa de todos los diarios dominicales.
Daniel Peralta, el flamante gobernador, designado por la renuncia del Gobernador
Sergio Acevedo (en marzo del 2006) y el Vice Carlos Sancho (la semana pasada),
tiene un hierro caliente en las manos. Los docentes llevan casi un mes de
paro y medidas de fuerzas y los municipales de Río Gallegos (con un
intendente radical, Héctor Roquel) en las calles, son el caldo de cultivo
necesario que podría estallar sin uno solo de esos manifestantes llega
a recibi un disparo mortal de algún uniformado provincial o gendarme.
De hecho, un empleado municipal fue herido levemente por un disparo de goma
y desde allí en cada acto callejero se repudia vía carteles
la represión, una palabra que el Presidente Néstor Kirchner
se ha encargado de que no figure en ninguno de los cientos de piquetes que
ha tenido su gestión a nivel nacional.
Para peor, el gabinete nacional ha nacionalizado el problema provincial. Alberto
Fernández, Jefe de Ministros y Anibal Fernández, Ministro de
Interior, han acaparado los micrófonos y las cámaras de los
medios porteños criticando al Intendente radical de Río Gallegos
por su colaboración con el Proceso Militar del cual fue funcionario,
politizando de esta forma lo que es un justo reclamo salarial. Los docentes
tienen un básico de $ 160, que con anexos por puntualidad y presentismo,
y otros etcéteras, llegan en varios casos a $ 2000 de bolsillo. Lo
que ocurre es que ante una licencia obligada, una jubilación o ante
cualquier eventualidad, quedan en la total miseria. Desde 1991, cuando asumió
como Gobernador el actual Presidente, se decretó la Emergencia Educativa,
producto del descalabro de anteriores administraciones, como la de Del Val.
Kirchner comenzó a saldar cuentas y ordenó la provincia, con
una muy buena gestión en la contención social de su propia hermana
Alicia. El problema es que ese estadío, propio de una situación
particular, jamás se adecuó a la recuperación que comenzó
a experimentar el país desde 2002. Hoy, ya es una granada sin espoleta
y faltan pocos números de conteo.
La pregunta es... ¿Por qué hubo que llegar a esta situación
de estallido?
Podríamos aventurar que también hay una movida política
al respecto y ello no sería casual. La derecha aprovecha esto y se
rasga las vestiduras ante cuanto los quiera escuchar, olvidando por un rato
que ellos consideran a la educación pública como un gasto.
En Buenos Aires, por pedido expreso de Kirchner el Ministro de Trabajo Carlos
Tomada intenta desesperadamente de llegar a un acuerdo con el Secretario General
del gremio de docentes santacruceños ADOSAC, Pedro Muñoz.
En fuentes a las que consultamos por la inexistencia aparente de fuerzas kirchneristas,
nos han comentado que los opositores son sectores también
del Frente para la Victoria que no estarían dispuestos a que Alicia
Kirchner sea la candidata a gobernadora. A la familia se la ve demasiado instalada
en Buenos Aires y los dirigentes de segunda línea creen que llegó
su momento de empezar a crecer en el ámbito provincial. Tienen asumida
la legación de la presidencia en manos de su mujer Cristina Fernández,
pero que también ubique a su hermana ya genera incomodidades.
De todas formas, a Peralta le queda un inmediato incendio para apagar, que
solo depende de un gesto político desde el Poder Ejecutivo Nacional.
Si los docentes reciben la actualización en blanco de los salarios
inestables que están cobrando, las manifestaciones perderán
inmediata fuerza al margen de la voluntad o no de diálogo de los dirigentes
educativos y municipales. Será la única manera de disolver una
parte urgente del iceberg que ya está a la vista.
Mayo 2007-05-13 (C)