Por Daniel do Campo Spada
En
el mar se le teme a estos grandes bloques de hielo llamados iceberg. Aparecen
como un pequeño punto en el horizonte que bien puede ser un pedazo
de agua congelada flotando que no causaría mayores consecuencias. Pero
a medida que uno se va acercando, se empieza a hacer tarde para tomar medidas
ante unas consecuencias muchas veces imprevisibles. Ese podría ser
el caso Skanska, teñido de sospehas por corrupción en la contratación
de obras para ampliar los gasoductos del Norte y del Sur que podría
salpicar al Presidente Néstor Kirchner y varios de sus ministros. Impensablemente,
el hecho tiene incluso repercusiones en Venezuela, donde el grupo Sidor, de
Techint, ya está en la mira del Presidente Hugo Chávez.
El Juez Guillermo Montenegro investiga a la multinacional Odebrecht que al
ganar la licitación para la ampliación del Gasoducto del Sur
subcontrató a Skanska, Techint y Contrera Hermanos, con un aparente
sobreprecio que estaría destinado a pagar coimas de funcionarios públicos.
Las tres subcontratistas, a su vez, tenían obras en Brasil, puesto
como condición del Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) para financiar
el emprendimiento. Julio De Vido, Ministro de Planificación, al saber
que era el más sospechado, aplaudió en sus declaraciones las
investigaciones judiciales que, según él, servirán para
esclarecer el tema y dilucidar si es real la corrupción o una movida
política en un año electoral.
Algunos creen que esto explica la embestida que el Diputado porteño
Miguel Bonasso, de tendencia kirchnerista contra facturaciones ilegales en
el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires responderían golpe por golpe
lo que creen una agresión. Para ello denunció al Secretario
de Prensa y Difusión Oscar Feito, quien para financiar la campaña
del actual Jefe de Gobierno Jorge Telerman habría simulado pagos por
publicidad a una empresa llamada Sol Group, que aparentemente sería
una cortina. En la movida estaría implicado también el diputado
macrista Diego Santilli (que proviene del riñón del menemismo),
quien habría avalado las cuentas para permitir reunir dinero para su
propio jefe político. El Juez Zelaya ha comenzado una investigación
con derivaciones impensadas.
Volviendo al tema Skanska, algunos creen que los sobreprecios pedidos habrían
abarcado también al grupo Techint, el mayor holding empresario argentino.
Luis María Betnaza, vocero de Paolo Rocca (número uno de esa
corporación), aprovecha su vicepresidencia de la Unión Industrial
Argentina (UIA) y su convivencia con la diputada justicialista María
Laura Leguizamón para llegar hasta el despacho de Alberto Fernández.
De todas formas, el actual Jefe de Gabinete explotó con declaraciones
duras contra uno de los mayores contratistas del Estado al entender que intentaban
involucarlos en el silencio cómplice. Curiosamente, el Presidente Néstor
Kirchner cree que fue precisamente Rocca el que ventiló los problemas
de coimas a la prensa, a punto tal que su par venezolano Hugo Chávez
investigó a SIDOR, que pertenece a los mismos dueños, y descubrieron
que primero abastecen con caños sin costura a sus clientes del exterior,
mientras que los venezolanos, fundamentalmente la petrolera PDVSA los tiene
que importar. Los amenazó con la nacionalización si primero
no dan su mercadería al mercado local. En el bunker techinista de Buenos
Aires creen que fue una demostración de fuerza de la clase política
contra la empresaria, dando a entender que si quieren son tan multinacionales
como ellos.
Transportadora de Gas del Norte (TGN), que gerencia Techint al tener el 20
% del paquete accionario también licitó la ampliación
y la cedió a Skanska en una licitación organizada por el Ente
Nacional de Regulación del Gas (ENARGAS). Mientras que para el organismo
nacional los valores de contratación son (en dólares) inferiores
a los de 2001, los empresarios dicen off the record que el sobreprecio
es de 152 %.
Los medios que defienden los intereses de Techint y de la clase empresaria,
entre los que se destaca el semanario Fortuna, esgrimen que la empresa avisó
al primer mandatario sobre el sobreprecio, algo que desmienten en el Ministerio
de Planificación. El holding quiere complicar el panorama
político para negociar en mejores condiciones nuevas concesiones y
contratos ante un gobierno que no quiere olas, porque sabe que con eso solo
gana cómodo en octubre. Siempre que no aparezca un iceberg.
Mayo 2007-05-13 (C)