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Dos cumbres, las mismas preguntas
y pocas respuestas
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Por Daniel do Campo Spada.

En apenas una semana se dieron dos cumbres de naciones que poco aportan y que por repetidas empiezan a perder efecto. Desde hace dos décadas los Presidentes del mundo comenzaron a viajar como nunca se había hecho en la historia. En lá última, en cambio, el tema son las cumbres. La repetición y los bajos efectos que producen han llegado a desprestigiarlas. Las personas seguimos afuera de la agenda de los ilustres mandatarios.
En Lima, con un Alan Garcia de dudosa cabellera de anfitrión, América Latina y el Caribe recibió a sus pares de la Unión Europea, para coordinar destinos que no tienen nada en común, porque no solo nos une la coyuntura y los intereses sino que hasta las geografías nos son extrañas. ¿Qué tenemos en común con el Viejo Continente? ¿De qué pueden hablarnos cuando solo necesitan nuestros alimentos y nuestro petróleo? ¿Qué pueden darnos? En el mismo momento en que la canciller alemana Angela Merkel hablaba de un mundo civilizado, la UE se ponía de acuerdo en respaldar y trasladar la política racista y xenófoba del italiano Silvio Berlusconi a toda la Comunidad. No hubo repudio ante los miles de inmigrantes pobres que son corridos, expulsados, vejados, despojados a manos de uniformados o civiles fascistas. Por el contrario, hasta el gobierno español que tímidamente opinó en contra, terminó pidiendo disculpas. Ahora un inmigrante que esté en situación de ilegalidad irá preso. ¿Cuántos europeos vinieron a Latinoamérica a matar el hambre de su sociedad? ¿Es recíproco el trato? ¿Podemos pactar algo con quienes nos explotaron durante cinco siglos, y tras recibir a sus pobres ahora expulsan a nuestros compatriotas que van desesperados en busca de un destino?
Una semana después, en Brasilia, se firmó el Acta Constitutiva de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), que une a la Comunidad Andina (Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia) con el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela) y Surinam, Guyana y Chile. Otra cumbre sudamericana más que otra vez fue adornada por los desplantes del impresentable Alvaro Uribe que solo es un vocero de la Casa Blanca y un Alan García “extraño” que por momentos invita a la risa por su forma de caminar y su sospechosa cabellera. Se habló de energía y de soberanía alimentaria, algo que no se puede garantizar desde los gobiernos cuando la propiedad de los medios de producción lo tienen los grandes fondos privados. Sin ir más lejos veamos el caso de Argentina, que de no haber cambios profundos en poco tiempo terminará siendo un importador de alimentos como ya lo es de energía. Brasil, empeñado en su papel de lider regional habló de un Consejo de Defensa multinacional que fué boicoteado por los colombianos por razones ya expuestas. Otro pro-norteamericano como el uruguayo Tabaré Vazquez directamente no asistió, mostrando que el gobierno de Montevideo está más dispuesto a traicionar a la región con un Tratado de Libre Comercio con Washington que en ahondar las relaciones regionales.
Pero al igual que en la cumbre ALC-UE de Lima no se habló de inmigración, en la de Brasilia tampoco se avanzó nada después de veinte años de Mercosur en cuando a la libre circulación de personas entre los países miembros, la asistencia solidaria a la vejez, la homologación educativa y otras yerbas que parecen no estar en la mente de nadie. ¿Cuándo podremos con nuestros títulos migrar de un país al otro en busca de oportunidades? ¿Cuando los sistemas de retiro actuarán solidariamente con la clase pasiva más postergada? ¿Cuándo la calidad sanitaria de uno de los miembros podrá ser disfrutada por cualquiera de los habitantes de nuestras uniones?
La foto de rigor, algunas comidillas de hall de hotel, un par de discursitos picantes ante las cámaras y nada más. La gente seguimos quedando afuera.

Mayo 2008-05-25
TECUM – NOVO MundusNET
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