Por Daniel do Campo Spada
América
Latina duele. Qué duda cabe. Estamos en uno de los mejores momentos,
en plena recuperación de la dignidad, pero quienes controlaron nuestra
historia en beneficio de una élite están organizándose
y vuelven para retrotraernos a una historia de injusticias. En el momento
más culminante de su poder, implosionaron sobre sí mismos. Su
sistema explotación era inviable y a excepción de algunas escasas
organizaciones sociales que siempre tuvieron claridad en el tema, las grandes
masas latinoamericanas reaccionamos porque la desocupación, la marginalidad
y la desesperanza ya estaba no en nuestra puerta sino en nuestro living. El
momento se juntó con un grupo de dirigentes (Hugo Chávez Frías,
Luiz Ignacio Lula Da Silva, Evo Morales Aymara, Rafael Correa, Fernando Lugo,
Néstor Kichner y Cristina Fernández) que supieron leer las necesidades
de los ciudadanos. Algunos dijeron entenderlo pero luego hicieron lo que los
poderosos siempre exigieron (Tabaré Vázquez, Ricardo Lagos,
Michelle Bachelet y Alan García). La prensa que pertenece a quienes
tienen el poder económico mima a estos últimos y
busca cualquier excusa para defenestrar a los primeros. La opinión
pública es una herramienta inherente a las democracias actuales, pero
la usinas de información no son democráticas. Antes usaban a
los soldados (que pagamos todos los ciudadanos) y ahora buscan el control
desde los medios de comunicación que propician (en pos de una falsa
libertad de empresa) el mensaje único: el de ellos, claro.
Las escenas de las actitudes golpistas y racistas de los separatistas cruceños
en Bolivia, que desafiaron a un Presidente a someterse a un referendum y que
una vez que la ciudadanía (en comicios que vigilaron ellos mismos)
le aumentó su apoyo llaman a la huelga y a la rebelión social
es igual a las actitudes que en las últimas horas vuelven a tomar tanto
la Sociedad Rural Argentina y la Federación Agraria, quienes pese a
haber dividido el país van por más. Cuando desde este sitio
dijimos que no les interesaba solamente el tema de las retenciones sino que
por el contrario quieren derrotar la democracia, nos tildaron de muchas cosas.
Hoy lo vemos. Mas allá de su triunfo electoral y las ingentes ganancias
que tienen, ahora vuelven a amenazar cortar las rutas para desabastecer. ¿No
hay coincidencia en los cruceños bolivianos que dicen no les
vamos a vender ni un gramo de carne al altiplano hasta que se vaya el indio
con las amenazas de Buzzi y De Angeli sostenidos por Luciano Miguens que en
sentido patronal dicen nos tenemos que sentar a conversar?
¿Es igual de representativa la investidura presidencial electa por
el total de los ciudadanos que una organización política de
empresarios enriquecidos?
El gobierno de Cristina Fernández pagó caro el pacto de su marido
Néstor Kirchner que le prorrogó la licencia a los medios de
comunicación del poder. Hoy no se los puede desplazar. La ley de Servicios
Audiovisuales se tendría que haber peleado antes de la división
que han logrado los empresarios agropecuarios. Ahora conocen que con dinero
corren las voluntades de los legisladores y no les falta metálico.
Solamente el recorte de las retenciones les deje en sus bolsillos $ 4.000
millones más. Es muchísimo dinero para mover voluntades, armar
ejércitos de choque y conspiraciones varias. Como primera punta de
lanza, Radio Continental del grupo español Prisa (que respaldó
el golpe de estado en contra de Hugo Chávez en Venezuela y sostienen
a Alvaro Uribe en Colombia entre otras perlitas) comienza a violar las reglementaciones
para que el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) la sancione.
Es el tiro que necesitan para empezar la nueva guerra que diga no hay
libertad de prensa. Como en cualquier enfrentamiento solo se necesita
la primera agresión y después ya nadie puede parar. La intención
de polarizar es clara. Quizás convenga que por el resto del año,
Gabriel Mariotto otorgue licencias caso por caso. Si solo tomamos como ejemplo
la Ciudad de Buenos Aires, solo hay dos radios con alcance con un mensaje
abierto (AM 530 y AM 870). Después hay muchas radios pequeñas
de pequeño alcance, otras en situación ambigua y por último
un ejército de radios privadas comerciales que tienen el mismo espíritu
corporativo destituyente que los terratenientes. La mejor movida es dormir
la resistencia y hacer crecer el momento en adecuado.
En la última semana se aprobó en diputados la reestatización
de Aerolíneas Argentinas y ahora llega el momento del Senado. Por un
lado, el terrateniente senador santafesino Carlos Reuteman dijo que sigue
firme junto al gobierno a pesar de lo que votó en la ley de Retenciones.
Sin embargo, se habría perdido tropa y la amenaza de los agroexportadores
vuelve a caminar las rutas. Ni hablar de confiar en Cobos. Aunque el humano
es el único ser vivo que comete dos veces el mismo error, volver a
confiar en él sería directamente suicida y Cristina Fernández
lo sabe.
La Ley de movilidad jubilatoria que también ha comenzado a tener trámite
parlamentario y a pesar de que es éticamente inobjetable y mucho menos
oponerse en la cara de los ciudadanos, el objetivo destituyente es convertir
al gobierno en inoperable a menos de un año de haber comenzado. Cansarla
hasta que se vaya es la consigna que se repetía en la 122°
Exposición Rural en la sede de la SRA en Buenos Aires y el plan es
golpear todo el tiempo en todos los lugares posibles hasta que la actual orientación
caiga. No quieren democracia libre. Quieren un sistema formal
que disimule los beneficios hacia unos pocos. Por ello, les fueron tan funcionales
y simpáticos Carlos Menem y Fernando De la Rúa.
El continente tiene que superar esta etapa que es un auténtico hito
de supervivencia. La democracia va por un lado y quienes detentaron el poder
durante ciento cincuenta años por otro y estos no se van a resignar.
AGOSTO 2008-08-23
Libre reproducción con mención de la fuente y el autor.
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