Por Daniel do Campo Spada.
LIMA.-
A raíz del escándalo desatado por la difusión de actos
de corrupción de funcionarios nacionales y dirigentes del oficialista
APRA en la adjudicación de explotaciones petroleras, el Presidente
de Perú Alan García aceptó la renuncia en pleno de su
gabinete en la peor crisis política desde su retorno al poder y desde
la caída de Alberto Fujimori. La implicada en el acto de soborno es
la empresa europea Discover Petroleum.
El programa televisivo Cuarto Poder difundió audios en los que Alberto
Quimper (Director de Perú Petro) coordina el acto de soborno que la
empresa noruega llevaba adelante para la adjudicación de cinco lotes
de explotación petrolera en el Zócalo continental y Madre de
Dios, donde presuntamente habría una interesante cuenca de crudo. Su
interlocutor es el dirigente del partido oficialista APRA (Alianza para la
Revolución Americana, del fallecido líder nacionalista Raúl
Haya de la Torre) Rómulo León Alegría, ex Ministro de
Minería, quien se encargaba de los informes técnicos de factibilidad.
Aunque la cifra era de solo s$s 10 mil, se destapó una asociación
ilícita de larga data que tendría varios actos de corrupción
en pleno funcionamiento, entre los que se destaca el lobby que realizaban
para el empresario dominicano Fortunato Fernández Cannán, quien
giraba anualmente u$s 100 mil para que se repartieran funcionarios de distintas
áreas en las que se asignaban obras de equipamiento médico.
El Ministro Hernán Garrido Lecce, tenía con este una estrecha
relación comercial sin explicación, según se desprende
del camino del dinero mal habido.
Los audios fueron facilitados por el ex Ministro del Interior Fernando Rospigliosi,
quien se retiró del gobierno denunciando corrupción. Ante el
desafío de Alan García de que diera a conocer lo que sabía,
esto tomó estado público por medio de la prensa, causando más
efecto que el de una presentación judicial como quería el primer
mandatario, al tanto seguramente de lo que generan los equipos que él
genera.
César Gutiérrez, Presidente de Petro Perú suspendió
inmediatamente la licitación, intentando parar el escándalo
de dimensiones jurídico políticas, sin poder detener la orden
de captura dictada por la justicia de Perú. En el caso toma participación
la fiscal Gladys Echaíz, quien sospecha que lo que se ha conocido a
través de los medios es apenas una parte del volumen de la corrupción
que debe estar funcionando en el Estado. Quimper huyó ante la orden
de captura dos días, hasta que una crisis de hipertensión lo
obligóa a blanquearse en la Clínica de Santé, donde fue
tomado prisionero y luego llevado a la sede de Requisitorios.
Distinto fué el caso de Rómulo León Alegría. Cuando
Alan García, para salvar su imagen le ordenó entregarse, lo
desafió a que lo fueran a buscar. Al llegar las fuerzas policiales
a su domicilio ya no se encontraba y aún hoy permanece prófugo.
Esto ha despertado gran temor en el Jefe de Estado, ya que como viejo dirigente
de su partido, podría develar varios actos de corrupción en
los que él estaría implicado. El temor es que lo maten antes
de que hable. En Lima dicen que quién menos quiere que aparezca es
el propio García. Recordemos que el APRA volvió al poder gracias
al pacto firmado oportunamente con Fujimori como un acuerdo recíproco
de impunidad. Por ello, cuando el ex mandatario de origen nipón enfrentó
los Tribunales por masacres cometidas durante su gestión le enrostró
que esa traición le costaría caro.
En forma apurada se formó una Comisión parlamentaria compuesta
por Daniel Abugattás, Miguel Guevara, Rafael Yamashiro, Carlos Ralfo
y Edgar Reymundo, que buscará dilatar la crisis hasta que sea olvidada.
El dominio parlamentario del APRA hace creer que el agua no llegará
al río, aunque García no duerme tranquilo.
OCTUBRE 2008-10-12
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