Por Daniel do Campo Spada.
Una
vieja teoría indica que los grandes imperios caen por sus propios errores
más que por los aciertos de sus rivales. El desgaste, la soberbia y
el exceso de introversión lleva a que las organizaciones que en algún
momento gozan de un exceso de poder pierdan inexplicablemente
esa hegemonía. El diario Clarín de Buenos Aires va en ese rumbo.
Desde hace dos años ha decidido saltar en forma desembozada a la lucha
política y lucha a brazo partido por un modelo de país que no
representa a la mayoría de sus propios lectores. Defiende sectores
de la clase alta, que curiosamente lee a su competidor La Nación y
desconoce los avances y mejoras que la clase media ha tenido en los últimos
cinco años. En ese segmento se encuentra su masa crítica de
lectores. Quizás por ello experimente el retroceso de venta de ejemplares
que certifica el propio Instituto Verificador de Circulación (IVC),
según el cual pasó de 352.861 ejemplares en febrero a 360.977
en marzo, cayendo a 346.527 en abril. Aún en momentos electorales,
en los que aumenta la venta de diarios, el matutino más vendido sufre
una caída aparentemente irreversible. Es notable la disminución
de páginas por edición y no logra recuperarse ni aún
con el lanzamiento de suplementos tales como la Enciclopedia Esencial de la
Historia del Mundo o el relanzamiento (reimpresión) de la Historia
Visual de la Argentina.
El Editor General, Ricardo Kirschbaum, en su edición del 16 de junio
de 2009 titula en su columna Del editor al lector, que La
obsecuencia no es periodismo, frase con la cual es simple coincidir
y hasta suscribir. Lamentablemente no es lo que hace el diario que le pega
al gobierno de la Presidenta Cristina Fernández sin pausa. La pérdida
de la hegemonía en las telecomunicaciones, gracias a un mensaje plural
impulsado por el Proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales es una de las
principales preocupaciones del Grupo Clarín, líder en publicaciones
gráficas, radio, televisión, internet (contenidos y conectividad),
etc. La posibilidad de que grandes jugadores como Telefónica ingresen
a la batalla de contenidos le preocupa más que la posibilidad de que
el 33 % de las frecuencia radiales sean destinadas a ONGs.
Es manifiesta la tendenciosa cobertura que se hace de los temas de la actualidad
política. No vamos a abundar y ni a redundar lo que es manifiesto con
solo observar cualquier ejemplar. Pero en los últimos días es
manifiesta su tendencia en pro del multimillonario Francisco De Narváez.
En ningún caso hay una nota en su contra. Muy por el contrario, los
epígrafes de los días 15 y 16 del mencionado mes: SIMPÁTICO.
Como su imitador en Gran Cuñado, De Narváez sonrió ayer
durante toda su visita a Bolívar y PANTERA ROSA. Francisco
De Narváez, ayer, en campaña en la peatonal San Martín
de Mar del Plata.
Si de manipulación de la información se trata, se lleva todos
los laureles la edición del domingo 14, cuando en tapa dice Las
hipótesis que baraja Kirchner para después del 28, seguido
de El kirchnerismo tiene planes ante un eventual revés electoral
en la página 3. En el mismo número admite que la mayoría
de las encuestas indica que se impondría en la Provincia.
A tal punto se dibuja la información que el propio Marcelo Bonelli
fue desmentido por el propio Departamento de Estado de los Estados Unidos
cuando el colega intentó deslizar que Whasington no tiene en cuenta
a la Argentina por su orientación política. Craig Kelly, Subsecretario
de Estado adjunto de Asuntos del Hemisferio Occidental y Milton Drucker, Director
de Asuntos del Hemisferio Occidental, manifestaron estar defraudados por el
matutino Clarín al lanzar una versión totalmente inexacta, que
esperamos sea corregida en el futuro. Una jornada antes, la opositora
Unión Industrial Argentina (UIA) fue a la Casa Blanca a hacer lobby
(como en los 90) en contra del gobierno de Cristina Fernández, ya que
la Casa Rosada no estaba dispuesta a volver a defender a la empresa
italiana Techint en las nuevas estatizaciones realizadas en Venezuela. Cuando
el gobierno argentino la ayudó por SIDOR, por la que recibió
una cifra superior a la de mercado, llevó sus dineros a Alemania.
La historia del periodismo ha tenido varios medios que supieron liderar por
años o décadas. Clarín aún sigue siendo el líder,
aunque algunos indicios de nerviosismo (a los que se debería agregar
la caída de ventas de Olé, su diario deportivo, el amesetamiento
definitivo de Radio Mitre y el eterno segundo lugar de Canal 13) indicarían
uno de sus peores momentos, de esos a los que no está acostumbrado.
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MAYO 2009-06-16
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