Por Daniel do Campo Spada.
Un viejo refrán popular dice que hay alguien peor que un ladrón
de bancos, alguien capaz de crear un banco. Estamos hablando de
una institución parásitaria dentro de la estructura social que
se dedica a venderte un paraguas cuando hay sol y sacártelo cuando
llueve para en ese día vendérselo a alguien desesperado por
no mojarse y con capacidad de pago. El hecho de que los bancos nucleados en
la Asociación de Bancos de la República Argentina (ADEBA) que
preside Jorge Brito (Banco Macro) haya ofrecido comprar los bonos con sentencia
judicial de Thomas Griesa a NML Capital y Aurelius aparece como una solución
pírrica. De esa manera se genera un stay (en castellano
sería una cautelar) hasta enero de 2015 que evita que se dispare la
cláusula RUFO (compromiso a igualar la mejor oferta dada a un acreedor)
con los bonistas que habían entrado en los acuerdos de 2005 y 2010,
pero (porque siempre hay un pero con estas entidades) un nuevo fantasma se
cierne sobre la gobernabilidad. Argentina no será declarada en default
técnico(eufemismo propio de un deudor que paga) pero a poco más
de un año del cambio de gobierno (aunque sea kirchnerista ya no será
Cristina Fernández) estos nuevos acreedores locales pueden pedir cosas
difíciles de admitir. Por otro lado, no hay que olvidarse que aún
quedan otros buitres (de nueve veces el tamaño de los fascinerosos
de Paul Singer) a la expectativa.
Este cuadro preocupante, en el que hemos terminado después de doce
años de crecimiento sostenido tras el desastre de los 90 logra acorralar
al mejor gobierno desde el retorno a la democracia. Esta compra de última
instancia que los bancos privados hicieron de la deuda es un pagaré
que cohersionará a este o a los próximos gobiernos. Nadie duda
de que también estarán interesados en que áreas estratégicas
queden en manos privadas. ¿Vaca Muerta? ¿La generación
de energía? ¿Los medios de comunicación? ¿Y qué
pasa si vuelven sobre la gran estafa que fue la jubilación privada?
Los bancos fueron rescatados pacientemente en diez años, a punto tal
que hoy son las estrellas de la Bolsa de Comercio y su índice Merval.
Fueron ayudados del incendio que ellos provocaron en los 90 con la gran fuga
de capitales del 2001 en la que dejaron a tantos ahorristas en la calle. Las
sedes estaban blindadas y con gran protección policial ante la indignación
popular reinante. Después de la década ganada son millones de
nuevos trabajadores que al ser bancarizados han caido en sus garras con los
instrumentos de financiación en las compras minoristas, préstamos
hipotecarios y prendarios. Aún a pesar de esa acción de resucitamiento
que generó el Gobierno Nacional, debemos olvidarnos que este rescate
tenga un espíritu de agradecimiento ante una gestión (que a
diferencia de las anteriores) se autofinanció con sus propios recursos
y por eso pudo marcar políticas populares (Asignación Universal
por Hijos, inversión en educación, renacionalización
de las jubilaciones, recuperación de empresas de energía y transporte,
politica exterior independiente y tantas otras yerbas) que estos mismos ejecutivos
desprecian en sus banquetes privados.
Los bancos supuestamente adelantarían u$s 250 millones en concepto
de garantía, cancelando el resto en bonos disponibles en manos de las
mismas instituciones (algunos de los cuales son los de los acuerdos de 2005).
Considerando que por los bonos basura en default fuera de acuerdo Singer,
NML y Aurelius pagaron u$s 46 millones, la ganancia es extraordinaria. A tal
punto ha sido un buen negocio que en las próximas horas comenzarán
a pleitear el resto de los buitres (9 % del total en volumen de peso y 6 %
en valor uninominal) que aún no comenzaron a litigar).
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do Campo Spada, 2014 (C)
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AGOSTO 2014-08-03
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